La expansión de la inteligencia artificial (IA) como herramienta informativa plantea desafíos éticos que requieren atención urgente. Un reciente estudio de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) alerta sobre el uso de asistentes de IA para acceder a noticias, al revelar un alto índice de distorsión en sus respuestas.
La investigación evaluó más de tres mil interacciones generadas por ChatGPT, Gemini, Copilot y Perplexity, en 14 idiomas. Participaron 22 medios públicos europeos, que identificaron un 45 % de respuestas tergiversadas. Al considerar otras deficiencias, como citas erróneas y fuentes mal empleadas, el margen de inexactitud se eleva al 81 %.
El director de medios de la UER, Jean Philip De Tender, señaló que los errores detectados no son aislados, sino recurrentes y presentes en múltiples lenguas. Advierte que esta falta de precisión puede erosionar la confianza ciudadana en los contenidos informativos, al afectar la participación democrática.
El análisis revela que el 31 % de las respuestas presentaron problemas graves de atribución. Gemini, desarrollado por Google, mostró el peor desempeño con un 75 % de errores. ChatGPT incurrió en fallas fácticas y atribuciones incorrectas; Perplexity, aunque más preciso, alteró citas; y Copilot presentó datos desactualizados y opiniones como hechos.
Los investigadores destacan el riesgo de que los usuarios perciban estos sistemas como fuentes confiables, pese a su falta de rigor editorial. Esta percepción errónea puede consolidar hábitos informativos basados en contenidos imprecisos, sin verificación profesional.
Pete Archer, responsable de proyectos de IA generativa en la BBC, junto a De Tender, instan a los desarrolladores a asumir responsabilidad y establecer mecanismos de control sobre la forma en que estas plataformas sintetizan y difunden información.
El estudio subraya la necesidad de establecer estándares éticos y técnicos que regulen el uso de la inteligencia artificial en el ámbito informativo. La transparencia en el origen de los datos y la validación de fuentes son elementos clave para garantizar contenidos confiables.
En Venezuela, se avanza en la creación de soluciones tecnológicas con participación de especialistas, y se consolidan marcos legales desde la Asamblea Nacional para asegurar un uso ético, preciso y responsable de estos sistemas emergentes.
Fuente: Mincyt



