Siete estrellas de movimiento rápido observadas en el cúmulo estelar Omega Centauri plantean la posible existencia de un agujero negro de masa intermedia en su centro, según una investigación publicada en la revista Nature. Los datos e imágenes proceden de 20 años de observaciones del telescopio espacial Hubble por parte de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) y la Agencia Espacial Europea (ESA).
Astrónomos de varios países han descubierto agujeros negros con una amplia gama de masas, desde los que tienen alrededor de 5-150 M⊙ (masas solares) hasta los supermasivos con más de 100 mil M⊙ ubicados en los centros de las galaxias. Sin embargo, solo se han descubierto unos pocos agujeros negros candidatos de masa intermedia, entre 150 y 100 mil veces la masa del Sol. Ahora, el Hubble aparentemente visualizó uno con al menos ocho mil 200 masas solares, el cual se ubica a unos 18 mil años luz de la Tierra.
“Las velocidades medidas de estas siete estrellas son tan altas que deberían abandonar ω Centauri en un lapso de tiempo relativamente corto, por tanto, la mejor explicación de por qué siguen en el centro del cúmulo es que un objeto masivo está tirando gravitatoriamente de ellas e impidiendo su escape”, explicó el primer autor del estudio, Maximilian Häberle, del Instituto Max Planck de Astronomía, Alemania.
Pesa lo mismo que ocho mil 200 soles
“Y el único objeto que puede ser lo suficientemente masivo es un agujero negro de masa intermedia con al menos ocho mil 200 masas solares”, subrayó el astrónomo. Respecto a la masa máxima que podría tener, explicó que “serán necesarias futuras modelizaciones para determinar con precisión la masa de este agujero negro. Sin embargo, las simulaciones actuales nos permiten situar el límite superior de la masa del agujero negro en unas 50 mil M⊙”.
Las estrellas recién descubiertas ofrecen la presente prueba más sólida de que ω Centauri alberga un agujero negro de masa intermedia, pero los científicos seguirán en observación tanto de este cúmulo globular como de otros. El telescopio espacial James Webb (JWST) ayudará en esta tarea.
Persiste la búsqueda
“Independientemente de nuestro descubrimiento, un equipo liderado por Oleg Kargaltsev de la Universidad George Washington va a utilizar observaciones profundas del JWST para buscar una firma de acreción, es decir, el brillo del gas que está siendo acumulado o ‘acrecianado’ en el agujero negro de Omega Centauri”, apuntó Häberle.
“Nuestro propio equipo también utilizará el Webb para obtener observaciones espectroscópicas profundas de las estrellas cercanas al agujero negro –añade–. Esto nos permitirá medir sus velocidades tridimensionales, y no solo las velocidades 2D como en el presente trabajo, y así se podrán restringir mejor las órbitas de las estrellas”.
“Por último, también nos gustaría buscar agujeros negros de masa intermedia en otros cúmulos estelares”, adelanta Häberle, “aunque esto supone un gran reto desde el punto de vista observacional y puede requerir la próxima generación de telescopios, como el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) que se está construyendo actualmente en Chile”.
Fuente: SINC